“Tambó” es un ritual que nace de la melancolía y la añoranza de un amor que ya fue, que se encuentra lejos y que se marchó para siempre, pero que a su vez plantea ese recorrido de la nostalgia de la pérdida, al entendimiento de la situación y finalmente el perdón. “Para mí el tambor y las percusiones son algo que me mueve muchas fibras, entonces fue súper importante durante el proceso de sanación, por medio de cada golpe del tambor y cada canto, cada paso de baile, en medio de llanto, risas y alegrías. Al final terminó bien, pudimos terminar bailando riendo y pensando bonito”, cuenta Edgardo Garcés ‘Guajiro’, director y cantante de la banda.
Dentro de la concepción completa del disco, esta es una canción que plasma el amor desde la sinceridad, de manera orgánica e íntima, es un respiro necesario dentro del espíritu tribal de downtempo que caracteriza a esta canción. Y como dice Edgardo “este es el momento de respiro, de exhalar y botar todo lo que nos agobia”.
Nota del director del vídeo
Para Andrés Gomez, director de “Tambó”, “la experiencia de Tambo a nivel personal fue bastante sensorial, desde el primer momento en el que escuché la canción sentí muchas cosas, me pego muy profundo y no solo en cuanto a lo que dice la letra si no también me hizo pensar en el desplazamiento y en el destierro. Me hizo pensar mucho en el contexto social de Colombia…” relata. Explicando también el significado social del vídeo: “En este video busqué retratar la realidad de millones de colombianos que se ven obligados a dejar sus tierras por problemas de violencia y está dedicado a esas personas que están en medio de una guerra sin sentido… en este caso no solo fue el amor el que desplazó a la protagonista si no también el contexto social en el que vivimos. En breves palabras Tambó es un manifiesto al amor propio y un statement de vida frente a la adversidad”.